En el camino tradicional del Yoga la meditación lleva a la “cosecha”:
Las posturas del cuerpo (asanas) y la regulación consciente de la respiración (pranayama) armonizan las energias, “preparan la tierra y siembran la semilla”.
Retirar la atención de los sentidos (pratyahara) y los ejercicios de concentración (dharana) “hacen que la semilla germine y crezca la planta.
En el silencio de la meditación (dhyana) puede madurar el fruto del auto-conocimiento.
La “cosecha” (samadhi) es finalmente el despertar a la realidad del Ser. La “cosecha” es reconocer que la semilla, la planta y la fruta son uno, que el camino es un “camino sin camino”, el cual nos lleva al lugar donde siempre habíamos estado.
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